Prefiero un gobernante cuyo manejo de la economía sea tan eficiente que el libre mercado pueda generar infinitas oportunidades laborales al ciudadano, quien trabajando duro podrá alcanzar la prosperidad, que un gobernante mediocre que construya su popularidad con base en promesas populistas, tipo bonos gratis, imposibles de cumplir a la larga por generar desequilibrio en la economía; esto invariablemente lleva a la pobreza generalizada.
Es menester impulsar al empresariado privado, en vez de menoscarbarlo con impuestos exorbitantes o leyes ilógicamente limitantes, se le necesita para generar puestos de trabajo que lleven comida a las mesas, pues el Estado nunca ha podido, ni podrá, sólo. Es necesario activar el aparato productivo de las naciones en vez de destruirlo.
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