miércoles, 4 de noviembre de 2020

Daño colateral del afán demócrata

Querido Oscar Sánchez. Gracias por comentar. He aquí mi respuesta.

Qué más quisiera yo que nuestros problemas venezolanos pudiésemos resolverlos solos, pero esta idea es además de imposible una simple ilusión. El mundo entero sabe muy bien que solos no podemos. La dictadura chavista tiene las armas, el poder y la psicopatía sanguinaria. El mundo entero es testigo de lo mucho que lo hemos intentado solos, y de los muchos muertos que eso ha significado.

Qué más quisiera yo que poder separar los sentimientos políticos de los hechos pero además de imposible es injusto porque los hechos tienen consecuencias innegables y duraderas que lógicamente impactan los sentimientos.

Qué más quisiera yo que poder confiar en que el virus oportunista del criminal Comunismo no ha entrado en Estados Unidos, pero sería ingenuo de mi parte porque justamente los hechos, respaldan esta posibilidad. Yendo a lo básico como señalaste en tu comentario de que Biden no cambiará su camisa por una franela del Che, pero una candidata demócrata en Portland si llevó en algún momento en su vestuario imágenes del Che durante la campaña.

Existen imágenes de Biden compartiendo muy risueñamente con Fidel y otros líderes comunistas. No solo estos detalles de vestuario y fotografías preocupan, que algunos pueden considerar sin importancia, sino los discursos con tono comunista emitidos por los diferentes candidatos demócratas preocupan y mucho.

El apoyo demócrata expreso o solapado a las revueltas destructivas orquestadas por Antifa y Soros para nada otorgan confianza en el futuro comportamiento demócrata.

Volviendo a Biden, él en realidad no preocupa, la que realmente preocupa es Kamala Harris con su izquierda radical. Biden es sólo la pantalla que utilizan para ganarse la confianza de los anticomunistas gringos. Es muy triste ver como lo usan a sabiendas de que desde hace tiempo presenta problemas neurológicos, el último incidente de este tipo ocurrió el 03 de noviembre 2020 cuando confundió a su hija con su hijo, muerto hace dos años, y luego intercambió el nombre de sus nietas.

El Sr. Biden debería estar en casa con su familia en un ambiente tranquilo donde pueda frenar el desorden neurológico que le aqueja y no estar enfrentando situaciones de estrés, como las que encierra unas elecciones presidenciales de este calibre, que le puedan estar acelerando el proceso. Esta inhumana utilización recuerda a la que le hicieron a Chávez en su última fase de su cáncer terminal con la misma finalidad ganar elecciones, amañadas por supuesto.

El sistema de justicia de Estados Unidos con todo y sus eventuales imperfecciones representaba para los latinoamericanos un sistema confiable en comparación con los que por mala suerte nos ha tocado conocer en nuestros propios países. La prosperidad y seguridad que se experimentaban en la mayoría de los lugares estadounidenses era algo que se admiraba en Latinoamérica, de hecho esto constituía una de las razones principales para emigrar que teníamos.

Conozco personas que se han ido a Estados Unidos sólo para evitar que los asesinen en una esquina aquí en Venezuela por robarles un celular. Pero ahora todo esto ha cambiado. Ese sentimiento de seguridad se ha ido y temo que para siempre. Los demócratas con su afán de llegar al poder han dejado entrar al gusanillo del Comunismo. Y aunque en esta elección gane Trump, la daga en el corazón de la democracia estadounidense ya fue hundida y es posible que en el futuro el Comunismo se abra paso rastreramente o a la fuerza.

A tu pregunta de que si ha cambiado mi vida en estos cuatro años, te respondo que moral y emocionalmente sí. No tienes ni idea de lo emocionante que ha sido ver como las sanciones a los criminales líderes chavistas les ha amargado la vida, siguen en el poder es cierto pero amargados, y para alguien que está secuestrado, como lo estamos nosotros, representa un profundo alivio ver como acorralan a su captor. Imagínate que ni hambre se siente en esos momentos de gloria. La esperanza es lo último que se pierde, y con los demócratas ya no habría esperanza que perder.

Después de ver tanta manipulación de parte de los demócratas en los últimos tiempos: control de los medios de comunicación y redes sociales, las relaciones oscuras geopolíticas comerciales de la familia Biden entabladas solo para su propio beneficio, las revueltas sociales que atentan en contra de viviendas y negocios decentes. Las situaciones extrañas con menores de edad de ciertos líderes demócratas. El Obamagate. La escondida conexión demócrata con el Comunismo. Me han hecho perder la poca confianza que este partido alguna vez pudo generarme.

Antes ni le ponía atención a las elecciones en Estados Unidos, ahora es en lo único que pienso por el efecto que a corto y a largo plazo tendrá en nosotros y en el resto del mundo. Ahora creería más en un ladrón compulsivo que niegue que ha robado alguna vez que en las palabras de un demócrata. La decepción ha sido muy grande y lo más seguro es que será duradera.

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